Paul-
Y, ¿mañana harás algo?- Tú- Si, pienso hacer muchas cosas- Paul- De
acuerdo, ¿vas a salir con alguien?...- Tú- Pues si, contigo, ¿no?- Paul
con una sonrisa- Por supuesto- Te beso. Y dijo- Hey, huele a
hamburguesas- Tú- Eso no es romántico, ¿sabias?- Paul- Si, lo sé… pero
si es rico, tal vez menos que tu, pero rico… ¿No quieres bajar a comer?-
Tú- Pues si… Vamos- Paul se adelanto y tú lo seguiste luego paro en la
puerta y volteo. Paul- Como allá abajo no nos van a dejar…- Tu lo
callaste con un beso y el te siguió. Tu sabias que eso era lo que el
quería. Te dirigió hacia la pared. Tu espalda estaba enfrente de la fría
y dura pared, pero parecía no importarte. Paul pasaba sus manos entre
tu cabello. Luego las bajo hacia tu espalda. Tu por lo tanto, recorrías
tus manos por la espalda del, haciendo que estuviera mas cerca y más. Él
recorría ahora sus manos por tu espalda, las dirigía más y más abajo…
Tu
no sabias si parar o seguir. Pero fue él quien hizo que pararan. Te miro
dulcemente, tú le sonreíste y lo besaste tiernamente. El abrió la
puerta y bajaron.
Paul-
Hey chicos, la comida ya esta lista, ¿no?- George – Si, ven ya estamos
todos aquí- Estaban sentados en la sala enfrente de la televisión. Paul-
Genial- Volteo a verte y te dijo- Ven acompáñame- Te tomo de la mano y
te llevo a sentar junto a Ringo y el en la esquina. Eso te puso muy
nerviosa.
En esa comida no paso nada grave o molesto, lo que te agrado mucho pues no querías que algo te incomodara.
Cuando acabaron todos se levantaron y fueron a sus cuartos. Ustedes se quedaron solos en la sala.
Paul-
Ohm… ¿Me harías el grandísimo favor de esperarme aquí unos minutos?-
Tú- Bueno…- Paul-Te los recompensare- Tú- Claro, ve- Paul fue corriendo
hacia su cuarto. Tu por lo mientras buscabas en tu bolsillo. Sabias que
tenías una menta en tu bolsillo. Y si, ahí estaba. No podías besar a
Paul oliendo a hamburguesas.
Después
de un rato Paul bajo y te dijo- Espero que no halla tardado mucho- Tú-
No, no te preocupes- Tu estabas tratando de pasarte la menta que tenias
en la boca.
Paul-
¿Quieres que te lleve a tu casa? O, ¿quieres quedarte un rato mas?- Tú-
No sé Paul. Es que me encantaría quedarme más tiempo, pero debo de
hacer algunas cosas para mañana, el trabajo y la escuela- Paul- Si, te
entiendo. Entonces vamos- Se levanto y tu lo seguiste. Salieron de la
casa y se dirigieron al coche de Paul. Antes que todo él te ayudo a
subir.
Paul encendió la marcha.
Paul-
Esta semana tal vez no pueda ir a visitarte tan seguido- Tú- No
importa. Yo tampoco tengo mucho tiempo en estos días- Paul- Pero no
creas que te libraras tan fácil de mi- Tú- Y no quiero librarme de ti-
Siguieron platicando mientras te llevaba a tú casa, pero no por un largo
rato, pues tu casa no estaba tan lejos.
Paul
bajo rápidamente de su auto y te ayudo a salir. Tú- Vamos, yo puedo
salir sola- Lo dijiste lo más dulce que pudiste, no querías que sonara
que te molestaba. Paul- Pero a mí me encanta hacerlo- Te llevo a tu casa
y te dijo- Pues… adiós. Me encanto haber pasado este día contigo, a
pesar de todo lo que pasó. Pero te prometo una mejor cita- Tú- No te
preocupes. Con tan solo verte la cita se convierte perfecta- Paul- Ahora
imagínate que pasara con tal solo verte a ti… ¿en que se convertiría
esa cita? Creo que no hay palabras- Tú no sabias que responderle, pero
Paul si sabía que hacer. Se acerco a ti y te beso. Te pareció gracioso
que tu no fueras la única persona que se preocupara por su aliento, pues
Paul también olía a menta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario